El Guitarrista 2002

Contame un poco sobre tus comienzos con la guitarra. 
Fué porque Dios lo quiso así, no tenía mucha idea, ni pensaba en tocar. Tomé unas clases de piano cuando tenía cinco años y por esas cosas que tienen las profesoras de barrio un día dejó de dármelas y me quedé jugando a la pelota. Después, a los nueve años, para reyes me regalaron una guitarra y ahí comenzó todo. Fue amor a primera vista y de ahí en más no pude parar. 

¿Estudiaste guitarra? 
Tuve una profesora que me enseñó los primeros pasos, por supuesto en el folclore, y gracias a ella sé tocar zambas, chacareras, gatos y carnavalitos. Fue la primera persona que me dijo que era diferente, que tenía un oído increíble ¡estaba más contenta que yo, ya que yo, como todo chico, lo tomaba como algo divertido. También fue muy sensible y viva al tentarme a sacar cosas de los discos, a hacerme desarrollar la intuición y la perceptiva. Luego de un año de estudiar dejé por un incidente que tuve ántes de dar un exámen. Me había preparado muy bien pero jugando a la pelota me lastimé la muñeca, me pasé todo el verano enyesado y ahí terminaron mis estudios. 
Siguió lo que después haría hasta el día de hoy, sacar cosas de oído. Comencé escuchando y sacando las primeras cosas de los Beatles y Creedence. A mi primera guitarra le había cambiado las cuerdas de nylon por unas de acero y también andaba buscando algún micrófono para agregarle, y en ese entonces fallece mi padre. En mi casa estábamos bastante mal, mi madre trabajaba y se le hacía todo bastante difícil, pero de alguna forma se las ideó para comprarme una guitarra eléctrica. Me acuerdo que era una Faim de un micrófono y la compró en una librería del barrio. Inmediatamente comencé a manejar una de seducción con la gente que me veía tocar y a los diez años lideraba el grupo de música del colegio. Mi primer manager fue mi maestra de cuarto grado, la cual me convirtió en su protegido y pasé a ser una especie de estrellita en el colegio. Cuando me preguntan si me cambió el éxito, digo que no, yo siempre viví una situación distinta a los demás, siempre llamaba la atención y la autoestima la tuve siempre bien alta; por eso si fuí agrandado, fuí agrandado de chico (risas). 
Tocaba la guitarra en el colegio y en las misas de una iglesia, y fue ahí donde tuve mis primeros problemas con la ley (el cura), cuando me decía cómo y qué tenía que tocar. El primer grupo eléctrico que formé se llamó Venus, en el cual yo cantaba y a veces cuando me prestaban una guitarra también tocaba, este grupo debuta en una kermesse de Santa Clara. Fue algo impresentable, horrendo... (risas). 
Me acuerdo que en el bajo Flores había muchos grupos y nosotros admirábamos a unos que era de pibes más grandes, tenían un look y además muy buenos equipos, la movida era muy grande y obviamente como vivimos en la Argentina, entre las idiosincrasias del ¿vas a ser músico?,y la dictadura militar, lamentablemente creo que quedé yo solo de todo eso. 

¿Qué guitarristas te gustan y cuáles creés que te han influenciado? 
A mí me gustan todos los buenos guitarrista, pero mi gran maestro fue Ritchie Blackmore. Hendrix me enseñó cómo se debe hacer para serlo, cómo hacer sonar una nota, cómo se debe hacer para tocar una Stratocaster. Blackmore su forma de tocar, muy fina, toca cosas difíciles, un genio total junto a sus secuaces de Purple. Luego Santana, que me mostró cómo se debe sentir una nota al tocarla. Gracias a él tomé muchas cervezas a los catorce años, trabajando en un boliche, ya que los grandes me regalaban una botella cada vez que tocaba el tema Samba Pa Ti, así que la tocábamos como cinco veces por noche. Otros que me gustan e influenciaron son David Gilmour (Pink Floyd)con sus sonidos , Tony Iommi ( Black Sabbat), Johnny Winter... Son un montón. Después están Satriani ,Vai, que no me influenciaron directamente pero son tipos que le dieron una vuelta de rosca a la historia e hicieron de la guitarra eléctrica un instrumento que está arriba de todo, aunque el New Metal insista en hacerlo olvidar. Guitarristas de acá, te podría nombrar a Oscar Aleman, un grande de nuestra tierra que si hubiese nacido en Estados Unidos hubiera estado en lo más alto. Todavía no hay nadie que se haya dignado a recuperar su obra y exponerla como se debe. 

¿Alguna vez tocaste otro estilo, jazz, por ejemplo? 
No, digamos que el jazz nunca me sedujo del todo, quizás por mi formación clásica o por mi gusto por el barroco, el cual me tiene hipnotizado. Digamos que yo soy rockero por excelencia y el día que escuché Deep Purple lo único que hice en mi vida fue tener una banda que tenga una performance y polenta parecida... 

Cuando hacés un solo para un tema ¿lo improvisás o lo armás de antemano? 
Hago de todo, muchos de los solos de Rata están terminados en el estudio, siempre me guardo algo para la inspiración, me gusta ese momento donde no sé nada y tengo que saberlo de alguna forma. Obsesión, por hacer miles de tomas hasta que me guste alguna o como en el último disco de Rata que algunas fueron tomas uno. 

¿Pensaste alguna vez en hacer un disco instrumental de guitarra? 
Por ahora no, pero de a poco me están agarrando ganas. Lo que pasa es que no soy de esos guitarristas que pasan horas y horas tocando, yo soy más volátil, necesito sentirme muy cómodo y expresivo. Pero sería interesante porque tengo ganas, aparte estoy pasando por una etapa en la cual no estoy conforme nunca con lo que hago, de pronto me escucho y no me gusta lo que toco, son estos momentos que te llevan a buscar algo más allá y creo que es lo mejor que te puede pasar. No creer que ya está todo, el día que piense así me retiro. 

Te vi tocar en un recital con guitarra española, un Bourre de Bach ¿Estudiaste la obra leyendo la partitura? 
No, escuché el disco y la saqué, la cuestión es que para mí es algo que me resulta familiar. Yo no estudié armonía, sin embargo manejo una armonía interesante, la manejo por una lógica, por lo general me lleva la melodía y sumo. Además soy de calentarme con algo y hasta que no lo saco no paro. 

¿Cuál es tu equipamiento? 
Uso un sistema de Bradshaw con dos cabezales Marshall JCM 800, con cuatro cajas, procesador Eventide, un delay SD 1000 de Korg, un ecualizador Yamaha, guitarras Fender Stratocaster con microfonos Di Marzio y la guitarra española es una Alhambra. 

¿Qué consejo le darías a un pibe que recién comienza a transitar el camino de la guitarra? 
Mirá, el otro día leí algo que dijo Paul McCartney y se podría tomar como una fórmula universal: “Los Beatles fueron el amor a la música que se convirtió en talento”. No hay otra cosa. O te entregás o es muy difícil hacer algo en serio, la entrega debe ser total. Si en Argentina es difícil, pueden intentar en cualquier parte. Los Beatles se fueron de Londres a Hamburgo (de Inglaterra a Alemania) y eran Los Beatles. Creo que hay que jugársela y tener amor por la música. 

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