Vallado Lid Web Musical 2005

Hace apenas un par de meses se ponía a la venta “La llave de la puerta secreta” , título gracias al cual la banda de rock argentina Rata Blanca se volvía a poner de plena actualidad después de un pequeño parón. Con motivo del lanzamiento, charlamos con su guitarra, líder y alma mater, Walter Giardino:

- Bueno, Walter, lo primero darte la enhorabuena por este último trabajo de la banda, porque nos parece un discazo. Para mi personalmente lo mejor desde el “Magos, espadas y rosas”.

- Muchas gracias. Bueno, estoy contento porque esa sensación para nosotros es muy importante. Para una banda que tiene tantos discos y tantos años a sus espaldas, el simple hecho de estar involucrados en un disco que esté gustando tanto es fantástico.

- En 1.998 decidís terminar con Rata Blanca, y posteriormente regresasteis al panorama musical. ¿Qué os impulsó a volver?

- No fue algo premeditado, creo que fue más casualidad que otra cosa. Yo estaba con mi banda en solitario, Walter Giardino's Temple, y al suceder una cadena de acontecimientos y unos cambios masivos de integrantes, llamé a Adrián Barilari y a Hugo Bastolfi para que vinieran a cantar y a tocar el teclado respectivamente, y cuando nos quisimos dar cuenta estábamos los miembros anteriores de Rata Blanca en mi proyecto en solitario, por lo inmediatamente surgió la vuelta de la banda.

- Por cierto, ahora que nombras a Temple, ¿sigue el pie el proyecto?

- No, no, digamos que Temple está esperando su turno (risas) . En el momento que resurgió Rata Blanca decidí ponerle el “stand by” al asunto.

- ¿Es verdad que en Temple trabajaste con Doobie White (ex-Rainbow y actual vocalista de Yngwie Malmsteen)?

- Sí, hicimos un par de demos con Doobie y estuvimos trabajando en algunas canciones, y de hecho hace poco me mando unas canciones, pero bueno, todo llegará. Por el momento a día de hoy, Rata Blanca está ocupando todo mi tiempo al 100%.

- Se rumorea que probasteis a más de cien vocalistas antes de quedaros definitivamente con Adrián Barilari. ¿Es cierto?

- ¿Sólo cien? Creo que nos quedamos cortos (risas) . Pero esto no sólo ocurrió en la época que empezamos a publicar discos, sino que es un tema anterior. En los dos primeros años de vida de la banda nos costó muchísimo establecer una formación sólida, con un cantante fijo hasta dar con Adrián, que fue la pieza que mejor encajó en ese puesto. Pero bueno, queda como una mera anécdota, ya que entre las dos etapas de Rata Blanca habremos audicionado a muchos más de cien cantantes.

- Increíble el trabajo de Adrián en este “La llave de la puerta secreta”. Para mí es la mejor aportación de voz que ha hecho en su carrera a un disco de Rata Blanca.

- Estoy de acuerdo contigo. Adrián se implica mucho en lo que le pido, y yo confío mucho en él, al igual que él en mí. Tanto es así que alguna vez entra a grabar a ciegas cosas que no sabe muy bien que significan, pero él lo hace y después lo comprende, porque le gusta mucho cantar y es lo que yo más valoro.

- Oye Walter, y entrando ya en harina de lo que es el nuevo disco, ¿por qué “La llave de la puerta secreta”? ¿Por qué ese título?

- La llave, como pudiste ver en la portada, es una mezcla de algunos símbolos mágicos paganos que eran utilizados por los verdaderos hijos de Dios para adorarle, refiriéndonos como Dios a La Madre Naturaleza, claro está. La llave de la puerta secreta es un talismán para lograr cierto poder dentro de nosotros para entrar en una dimensión que nos permita tener una mentalidad un poco más universal, más abierta respecto a los que es el mundo, la Tierra, la humanidad y todo lo que concierne a esta vida que nos ha tocado vivir. La misión es concienciar a la gente para que no seamos tan fáciles de convencer por todas las instituciones, la política o las religiones que llevan mintiéndonos desde hace tantos siglos.

- Háblanos de algún tema en concreto. Por ejemplo “Blues”. ¿Es acaso un homenaje a este estilo musical que ha podido influenciar en tu manera de entender la música?

- El blues me encanta. Es una forma de tocar y de sentir la música. Si bien no es un homenaje, creo que tampoco debe dejar de serlo. Nunca lo había pensado desde ese punto de vista, pero no me molesta en absoluto. Se llama “Blues” porque es un blues, ni más ni menos. El disco está concebido precisamente para ser escuchado por gente que tenga la capacidad de diferenciar entre un blues y el heavy metal.

- Mira, otros de los temas que me llamaron mucho la atención fueron “Guitarra española” y el último corte del disco, “Mamma”. Cuéntanos un poquito, ¿tienen algo de autobiográfico?

- “Guitarra española” por supuesto que sí. La guitarra es mi amor hacia las seis cuerdas y mi amor hacia el lugar donde vivo desde hace cuatro años, que es España. Creo que el tema mezcla a la perfección esos dos sentimientos. En cuanto a “Mamma”, es evidente. Es una canción dedicada a quien cuidó de mí, me dio un montón de cosas y que tiene gran parte de culpa de que yo esté donde esté, siempre apoyándome desde su humilde posición con una bondad absoluta. Yo necesitaba hacer algo para ella que saliera desde dentro de mi alma para regalárselo.

- ¿Cuáles son tus influencias, o qué músicos te han marcado especialmente?

- Son muchas, aunque soy discípulo bastante directo de Ritchie Blackmore. Digamos que me moví siempre dentro de la escuela Deep Purple para tocar y componer, por lo que esa es mi principal influencia. Aunque también hay un montón de músicos y bandas como Carlos Santana o Yngwie Malmsteen, u otros muchos que me apasionan aunque realmente no los utilice como parte de mi música como pueden ser Van Halen, Satriani o incluso Paco de Lucía. Hay muchos guitarristas que me gustan muchísimo.

- A propósito de Deep Purple, ¿qué se siente al compartir un escenario con alguien tan grande y que ha escrito tantas páginas en la historia del rock como puede ser Glenn Hughes?

- Es muy difícil, porque a la vez que estaba tocando con Glenn, me estaba acordando mucho de mi adolescencia. Cuando yo tenía quince años, y estaba empezando a comprender básicamente lo que era un solo de Ritchie Blackmore, Glenn ya era un auténtico rock-star, y es como si se juntaran muchos sentimientos. Además, fíjate: yo en ese momento vivía en mi barrio, Bajo Flores, en Argentina, y estaba a miles y miles de kilómetros de donde pudiera estar Glenn, y después de tantos años tener la oportunidad de compartir momentos de mi vida con él es algo alucinante.

- Para Glenn los años no pasan, ¿verdad? Hace poco vino a España y nos dejó un recital de los de quitarse el sombrero. El “chaval” no ha perdido ni un ápice de voz.

- Es un ser de otro planeta (risas ). Además es una fantástica persona.

- También habéis compartido cartel hace poquito con Whitesnake y Judas Priest en Santiago de Chile y Buenos Aires. ¿Más de lo mismo, verdad?

- Sí, más de lo mismo. Son otros de los muchos grupos que escuchaba y estudiaba en mi infancia, y que ahora de repente se encuentran tocando a tu lado. Una experiencia indescriptible.

- ¿Cómo ves el panorama rockero español en la actualidad? ¿Hay alguna banda que sigas con especial atención?

- Prefiero no hablar de eso (risas) . Lo que si quiero decir al respecto es que ha habido una gran evolución en la última década, y eso me pone muy contento. Hay que seguir trabajando y progresando, y sobre todo abriendo el camino a las bandas nuevas. Destacar en ese sentido a las bandas más veteranas, como pueden ser Barón Rojo, Obús o Medina Azahara, que han sido una gran influencia para mucha gente que ha decidido dar el gran salto hacia la música. Y por ponerte un ejemplo, me gustaría hacer una reseña a Mägo de Oz, pues ellos abrieron nuestro show cuando Rata Blanca tocó en la sala Canciller en 1.994, y a día de hoy son los números uno, llenando recintos y arrasando allá por donde van.

- ¿Y la situación del rock en Argentina?

- Muy grande, como siempre. Argentina es uno de los lugares del mundo donde más cultura de rock hay. En ese sentido parece un país anglosajón. Además, aún teniendo una situación económica en la actualidad muy mala, siguen viniendo los artistas más grandes del mundo y sucediendo cosas increíbles.

- Esto que te voy a hacer es una pregunta que seguro que más de uno me agradecerá: ¿qué carajo es un “índigo” (palabra que da nombre a una de las canciones del disco)?

- (risas) Un “índigo” es un revolucionario. Es una nueva forma de ver el mundo. Son denominados como hiperactivos y que realmente se trata de todas aquellas personas que se pasan por el forro y que se refriegan por el culo todo lo que tenga que ver con las instituciones, los códigos y las razones sociales que están impuestas en la humanidad. Estos chicos son los que van a llevar a cabo un cambio en el mundo y los que van a generar un caos importante dentro de la sociedad.

- Ya para finalizar, una pregunta obligada: ¿para cuando Rata Blanca en España?

- Bueno, estamos negociando para febrero, pero aún no se sabe cuantas fechas ni cuantas ciudades. De lo que estamos seguros es que la gira de presentación de “La llave de la puerta secreta” va a ser un tour intensísimo, de eso no nos cabe la menor duda.

- Seguro que vais a tener una gran acogida. ¿Algo que quieras añadir?

- Nada, que muchas gracias por seguir apoyándonos desde los medios de comunicación más pequeños, que al fin y al cabo son los más auténticos, y que espero que nos veamos en la gira. Un abrazo, amigo.

Buscar en el sitio

Colla © 2010